Defienden su modelo hasta el punto de pretenden exportarlo a España, defienden su nula democracia y su autoritarismo, defienden y copian sus medidas económicas y sus reformas (destrucción) constitucionales para eliminar todo tipo de cortapisa y dique al poder absoluto y totalitario del poder ejecutivo (político).
Solo hay que fijarse en su defensa de la expropiación, del control de precios, del creciente poder arbitrario del político y sus secuaces, del intervencionismo (intromisión en la libre voluntad de decisión mutuamente beneficiosa de las personas), de la nacionalización del modelo productivo y de sectores, del aumento del gasto, del déficit y la deuda, su ataque constante a la propiedad privada, a la empresa, al emprendimiento, sus políticas pro inflación (que es un ataque directo contra el ahorro de los ciudadanos y el poder adquisitivo y un impuesto "invisible").
Todo esto, que ha sido llevado de manera intensa en Venezuela era (y es) defendido por Podemos y la extrema izquierda, tomado como modelo y ejemplo del cambio, augurado como una era de exuberancia, justicia y prosperidad, insultando y difamando (e incluso burlándose demagógicamente al principio) contra todo aquel que advertía de los efectos y consecuencias que traerían.
Por supuesto, los efectos y consecuencias no es algo que viene de un día para otro, y cuando además tiene uno el control absoluto de la moneda (monopolio estatal) y una de las mayores riquezas en materias primas del mundo tardan más en producirse todavía más, aunque su futuro fuera totalmente predecible de seguir por ese camino (como iba adelantando durante años en distintos artículos).
Como tampoco es lo mismo gobernar un ayuntamiento con reglas de restricción del gasto y con leyes centrales que impiden que hagan lo que uno quiera (les pone límites) que gobernar el país, donde pueden torpedear y derribar dichos diques de contención para aumentar su poder, su arbitrariedad, su populismo y su extracción de recursos de la sociedad para crear una mayor red de clientelismo con la que justificar (y superar resistencias civiles) sus políticas y tropelías (todo por supuesto será por tu bien y el interés general. Podemos (junto con PSOE si sigue por el camino actual) tiene afortunadamente otra barrera muy considerable a diferencia de Venezuela, que es su pertenencia a la Unión Europea, lo que supone otro dique de contención, especialmente en algo tan importante como es la política monetaria (con la que el politico pueda manejar a su gusto para aumentar más el gasto, la deuda y las redes clientelares), lo que es positivo también para todos los ciudadanos, pues el robo, la destrucción del poder adquisitivo, la corrupción, la extracción de las élites políticas y los lobbies al amparo y en connivencia con el poder político se ven limitados (véase Venezuela o Argentina).
Pero el daño (y la amenaza) por otras muy diversas vías (empezando con su intención de derribar la Constitución para aumentar su poder y arbitrariedad, de ahí su constante campaña contra la misma) puede ser enorme.
Cada mente que sea abierta, cada venda que sea quitada de los ojos ante el peligro que esto supone para TODOS, mejor.
Lo dice Errejón: Que lo incluyan en la lista de chavistas, que España necesita chavismo y cierra con puño en alto, exclamando "Chávez vive, la lucha sigue".#PodemosEsChavismo— Voyager (@Ivan_Pietri) 31 de agosto de 2018
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