martes, 27 de noviembre de 2018

La antinavidad de Colau: Belén con sillas vacías en el lugar de la Virgen, el Niño y San José más el "Señor Invierno"

Nada que no esté pensado y tenga una intencionalidad clara. Toda esta estrategia es fruto del posmodernismo (movimiento contrario al Modernismo y la Ilustración, que en el arte está muy bien reflejado, y que se cogió fuerza a partir de los años 70 con su ruptura de los estético, de la razón, de la belleza, de la representación de la realidad, de la perfección...mediante la implantación y enaltecimiento de la fealdad, lo desagradable, lo antiestético, el antirealismo...). 

Bajo el posmodernismo, se rechaza el proyecto de la Ilustración, de la razón y el individualismo (los derechos individuales de las personas en favor del colectivismo), por lo que termina atacando todas las consecuencias de la filosofía de la Ilustración, desde el capitalismo y las formas liberales del Gobierno hasta la ciencia y la tecnología. 

Y una manera de destruir tal sistema para implantar el socialismo del que deriva es destruir las tradiciones también de tal sistema (religión católica, pero apoyando al resto como aliados contra el sistema que quieren destruir; la familia, como contrapoder o resistencia al adoctrinamiento y la implantación de sus ideas desde niños en la sociedad, sin resistencia alguna...), como forma de ingeniería social. 

En este sentido, nada hay de extraño en el nuevo ataque (cada año) a las tradiciones navideñas por parte de dicha extrema izquierda, con Colau (Barcelona en Comú-Podemos) a la cabeza, derivado del nuevo "Belén" en Barcelona. 

Pablo Planas se hace eco de esta nueva muestra de antinavidad en el siguiente artículo.
Artículo de Libertad Digital:
Una mesa de comedor con doce sillas alrededor. Así es el pesebre que ha ordenado instalar la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en la plaza de San Jaime. De nuevo una propuesta "alternativa" en la que la Virgen, el Niño y San José están representados en unos asientos vacíos, un homenaje a las comidas y cenas de Navidad, según su autor, el escenógrafo Sebastià Brosa.
En las sillas, elementos identificativos como el manto azul de la Virgen, un babero con el nombre de Jesús o el martillo de carpintero de San José, más los correspondiente halos de santidad, casi la única concesión a la tradición católica. No falta el pastor defecando, el célebre "caganer" catalán. Se distingue porque su silla tiene una barretina en el respaldo y un agujero en el asiento. También están el buey y la mula, salvo que un giro de género se trata de una vaca y un burro, según el autor.
En suma, una instalación "artística" en medio de la plaza ajena casi por completo al pesebre católico y con la que, como cada año desde que gobierna Colau, los niños no disfrutarán en absoluto, salvo que les gusten los catálogos de sillas.
Para acabar de censurar el contenido religioso de la Navidad, el Ayuntamiento de Barcelona se ha inventado el personaje "Señor Invierno", un títere gigante de cuatro metros de altura, que ha sido el encargado de abrir las fiestas laicas de Colau con el encendido de las luces navideñas el pasado jueves. El "Señor Invierno" será el protagonista de un espectáculo infantil diario en la plaza de Cataluña entre el 21 de diciembre y el 4 de enero. Las fiestas oficiales llevan por título "La Ciutat dels Somriures", igual que la revuelta separatista.
De momento, se mantiene la cabalgata de los Reyes Magos con alusiones explícitas a Melchor, Gaspar y Baltasar y su condición de Reyes de Oriente.

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