Artículo de Voz Pópuli:
En el auge del fascismo y el comunismo la democracia liberal no era bien vista por los totalitarios de uno y otro lado que se dirigían despreciativamente a ella como “democracia burguesa”. Por el contrario, los fascistas apostaban por una “democracia orgánica” mientras que los comunistas luchaban por una “democracia popular”. La referencia en todos los casos era la misma, que el poder reside en el pueblo, pero el sentido de cómo expresar dicho poder difería absolutamente entre los diversos regímenes. “Demócrata” resulta ser tanto Barack Obama como Kim Jong-un, aunque cada uno piensa que el “verdadero demócrata” es él. Por mi parte, tengo claro que no es lo mismo la oveja que el lobo disfrazado de cordero.
Lo mismo vale con los feminismos. Hay muchos y todos se refieren a la defensa de los derechos de las mujeres. Pero se declinan de muy diferentes modos. En España predomina, al menos por la presión que ejercen sobre el poder legislativo, un tipo de feminismo que ha adaptado del marxismo el concepto de “lucha de clases” reconvirtiéndolo en “conflicto de géneros”. Desde este feminismo de suma cero la victoria de las mujeres pasa necesariamente por la derrota de los hombres. “Mujeres” y “hombres” no contemplados como seres humanos de carne y hueso, individuos con derechos inalienables, sino como meros especímenes de una entidad colectiva a la que denominan “género”.
Desde este punto de vista del “feminismo de género” cada vez que Fulanito mata a una mujer ha sido el “género masculino”, como un todo, el culpable. También se engloba a los hombres dentro globos conceptuales como “sociedad patriarcal”, “falocentrismo” y otros “palabros” pseudo sociológicos. Así, el grupo “Indignados Cuestionándo(nos) el Heteropatriarcado” ha editado un vídeo en el que dicen “Nosotros las matamos”, donde el “Nosotros” no se refiere a ellos sino que pretende abarcar a todos los hombres. Es decir, estimado lector (si es lectora está a salvo… por ahora), que aunque a usted no se le haya pasado nunca por la cabeza un chiste misógino según esta asociación es “objetivamente” (como decían los viejos marxistas) un asesino de mujeres, si no en acto, en potencia. Del mismo modo que en el paradigma marxista todo “burgués” es responsable de la explotación ejercida sobre el “proletariado”, desde el feminismo colectivista cualquier individuo de sexo masculino es culpable por “crímenes contra el género femenino”.
De ahí que la legislación actual se denomine “violencia de género” y no, por ejemplo, “violencia doméstica”. Porque de lo que se trata es de imponer una ideología que criminaliza a los hombres como colectivo con la esperanza de que una culpabilización de “todos” lleve a que “ninguno” cometa crímenes. Si no fuera tan idiota e incompetente hasta sería gracioso.
Pero, al menos en una “democracia burguesa”, el fin no justifica los medios. El “feminismo de género” no sólo es inútil, sirve exclusivamente para que las “almas bellas” y los “tontos útiles” se reconforten mutuamente, sino que es contraproducente porque hace que el feminismo se perciba como algo antipático por prohibicionista, discriminatorio y resentido. En el que abundan los clichés como “patriarcado” y faltan ideas como igualdad ante leyes razonables y respeto en ambas direcciones.
Por el contrario, un feminismo individualista y humanista concibe a la mujer y al hombre como aliados en la lucha contra cualquier tipo de violencia, venga de donde venga, sea de hombres contra mujeres, de mujeres contra hombres, de hombres contra hombres o de mujeres contra mujeres. O a más Clara Campoamor y Wendy McElroy, menos Lidia Falcón y Andrea Dworkin. En la estadística tiene más peso los números más grandes pero en la moral cada víctima, sea cual sea su sexo, representa a toda la humanidad. Cuando hablamos de vidas humanas es un error pesar los muertos por la cantidad porque cada vida humana vale infinito. Y es una infamia ocultar en dichas estadísticas a los muertos que no vienen bien a una ideología espuria de moda. Las mujeres no deben ser reducidas a “floreros” como hace el machismo ni a “cuotas” como hace el feminismo “de género”, sino que deben ser contempladas sencilla pero orgullosamente como personas.
Otro feminismo que el dominante es posible. Un feminismo que reconcilie a los hombres y a las mujeres, en lugar de enfrentarlos, contra todo tipo de violencia y discriminación, venga de donde venga. Que sirve para eliminar tanto la preferencia del varón sobre la mujer en la sucesión en el trono de la Corona, una regulación antediluviana y machista, como cambiar la actual ley contra la “violencia de género”, una ley discriminatoria e injusta, por otra contra la “violencia doméstica contra la pareja”, con independencia del sexo del agresor y de la víctima.
Un feminismo que no combata los miles de años de leyes discriminatorias contra las mujeres, por supuestas diferencias entre sexos, con otras leyes igualmente discriminatorias sólo que en sentido contrario, basadas en supuestas diferencias entre géneros. Si en las sociedades machistas se castigaba con más dureza a las mujeres que a los hombres por los mismos “delitos”, el feminismo “de género” lleva en la actualidad a castigar con más dureza a los hombres que a las mujeres por idénticas conductas. Hemos pasado de una opresión del sexo masculino a un despotismo del “género” femenino que se ha inventado una conspiración masculino-patriarcal-falocéntrica. Sin embargo, sigamos reivindicando el feminismo como uno de los modos de la libertad e igualdad, contra el miedo y la injusticia de todos aquellos que tratan de sojuzgar y humillar por “razón” de sexo o por sinrazón de “género”..
Estoy totalmente de acuerdo en su análisis de diferenciar los dos tipos de feminismo. Desgraciadamente e incomprensiblemente, no hay ninguna persona influyente, en diversos ramos profesionales, que alce la voz, o se agrupen entre ellos para exigir y que sean oídos; para que se reformen las leyes actuales tan injustas contra el género masculino.
ResponderEliminarSi antiguamente eran injustas las leyes en contra de la mujer; ahora no solo se ha invertido, sino que se ha vuelto con actitud de caciquismo legal.
Un ejemplo: Yo mismo. Después de estar cuidando y aguantando a mi ex, con tratamiento de sicóloga y medicación; me puso una denúncia falsa que me dejó literalmente en la calle, aun sabiendo la policia sus problemas mentales; y me borró de la cuenta conjunta del banco. Todo ello manipulada por matrimonio narcisista, los cuales se acabaron aprobechando de mis pertenencias y parte de mi ex. Durmiendo en la calle.
Aunque intenté pedir ayuda incluso antes que todo pasara, pues ya me olia algo, NADIE de ningún organismo me ofreció ayuda o asesoramiento; pues no existe nada que recoja el aviso de socorro de un varón; aunque sea para ayudar a tu mujer, preocupándote de ella.
Actualmente el coche a mi nombre lo conduce un desconocido cargándome de multas, sin poder hacer nada, por detalles que serían extensos. Me lo quitó la policia sin consultar la documentación, sin dejarme hablar ni preguntar que pasaba y con gran violencia. Junto con la denúncia falsa parece ser que dijo a la policia que el coche era suyo.
¿Hace falta mas explicaciones para comprobar La actitud despótica de la policia, leyes injustas sin derecho a defendernos, aún sin ningún tipo de pruebas, contra nosotros, para beneficiarse ellas solas o en complot, de una forma tan sencilla?.
Yo podría contar muchos mas detalles como estos y pruebas de semejantes despropósitos, pero creo suficiente este ejemplo para demostrar lo patético de estas leyes, y que no podemos, ni nos dan derecho a defendernos y recuperar lo robado.
Como comenté al principio: ¿no existe alguien que tenga el peso suficiente para cambiar esto, aun existiendo tal infinidad de personas ilustres, famosas, con cargos públicos de relevancia, abogados jueces y juristas, fiscales,etc, que estando incluso en desacuerdo con estas leyes, no pasan de decirlo con la boca pequeña, como temiendo algo o a alguien que les sobrepasa?
Efectivamente, desgraciadamente es así, y es triste sufrir y permitir experiencias como las que relatas.
ResponderEliminarEn cuanto a lo último, sí que existen, pero lamentablemente, en el actual totalitarismo de lo políticamente correcto y la autocensura que provocan y persecución ante todo aquel que se salga del guión que quieren imponernos (y del que muchos viven) es cada vez más dificil cambiarlo e incluso alzar la voz o criticar las aberraciones que se producen. Con más razón los cargos públicos de relevancia que no quieren ver perjudicada su carrera, así como los políticos, pues serán atacados desde múltiples focos y han renunciado a dar ninguna batalla de las ideas, lo que les deja vendidos. De hecho, no son pocos los caso, incluidos entre jueces.
Un saludo.