martes, 17 de noviembre de 2015

Las finanzas del terror

El Estado Islámico cuenta con ingresos multimillonarios. Daniel Lacalle muestra de qué partidas provienen los mismos:

Artículo de El Confidencial:

“There's bad poison running through your veins, evil walks behind you” Young, Johnson, Young

Solo en España se podía uno imaginar que iba a leer todo tipo de mensajes culpando a cualquiera menos a los terroristas de los asesinatos del viernes en París. Uno leía esos mensajes de equidistancia entre víctimas y verdugos y, francamente, sentía vergüenza.
Una de las imbecilidades más grandes que uno puede leer de cierta gente esque todo es culpa de EEUU que lo financia todo. EEUU, ese fabricante de kalashnikovs, claro.
El Estado Islámico no es un grupo de desnortados analfabetos o desesperados libertadores. Es una enorme máquina militar imperialista que controla, bajo un régimen de terror, a ocho millones de personas, esclavizando a mujeres y niños y extorsionando a ciudadanos de todo tipo de países. Tiene de liberador o vengador lo que Osama Bin Laden tenía de amable pastorcillo.
Las finanzas de ISIS han sido estudiadas por la ONG RAND y en 2014 venían de las siguientes partidas:
  • 600 millones de dólares de extorsión e impuestos en Irak. ISIS roba hasta el 50% de los salarios de los trabajadores (públicos y privados) iraquíes en las zonas que controla, y esa es la principal fuente de ingresos de este grupo terrorista (300 millones de dólares estimados). ISIS introduce además un impuesto de hasta el 20% de los ingresos a las empresas y familias que están bajo su califato de terror.
  • 500 millones de dólares robados de los bancos públicos iraquíes.
  • 100 millones de dólares de venta de crudo robado. ISIS roba crudo en Irak y Siria y lo vende, según Gulf News, a traficantes turcos y nigerianos a 25-30 dólares el barril.
  • 20 millones de dólares por secuestros.

    Muestras de solidaridad en la capital francesa. (Reuters)
    Muestras de solidaridad en la capital francesa. (Reuters)
     
Estas cifras, publicadas por el 'NY Times', coinciden en gran parte con las que el propio grupo terrorista publica en su despreciable memoria anual, que tiene la desvergüenza de publicar como si fuera una empresa multinacional (véanla aquí, cortesía del 'Financial Times').
Por lo tanto, el petróleo no es en ningún caso su principal fuente de ingresos. Es el robo a los ciudadanos iraquíes.
Esa máquina de terror cuenta con ingresos multimillonarios y además, al tener a sus 'trabajadores' rehenes y en régimen de esclavos, sus costes son bajísimos.
Su principal gasto, según RAND, son 'salarios', que suponen unos 40 millones de dólares anuales. Teniendo en cuenta que sus líderes son multimillonarios, estoy seguro de que la diferencia de salarios será extrema.
El principal gasto no salarial es en instituciones represoras de estado policial. Es una máquina opresora que se aprovecha de unos estados desmembrados.

Milicianos del ISIS durante un desfile militar celebrado en su 'capital' siria, Raqqa. (Reuters)
Milicianos del ISIS durante un desfile militar celebrado en su 'capital' siria, Raqqa. (Reuters)

En mi artículo 'Mitos y errores de la crisis de Irak' ya comentábamos muchos de los errores de percepción sobre lo que ocurre con esta lacra del ISIS.
Pensar que vamos a acabar con un estado terrorista militar y policial que oprime y esclaviza a sus propios ciudadanos con llamadas a la paz, las flores y 'enamorar', o enviando una carta muuuuuy seria desde las Naciones Unidas, no solo es ingenuo. Es suicida.
Pensar que un ejército terrorista cuyo objetivo es 'conquistar' y 'aniquilar' va a sentarse a hablar y dialogar es simplemente ridículo.
Esta banda asesina, que tortura y oprime a todos -mujeres y niños incluidos- allá donde se asienta, y solo busca imponer el terror, cuenta para sus siniestros objetivos con nuestra inacción, con nuestro buenismo hipócrita, con nuestra cobardía. Pero se equivoca.
Luchar contra el terror es defender la libertad. Y los terroristas van a perder.

PD: Este artículo va dedicado a Cedric, que ha perdido a un familiar en los atentados de París. Todos somos París.

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