Diego Sánchez de la Cruz analiza la situación del sistema de pensiones chileno (de capitalización), sus resultados y sus diferencias equiparándolo al español.
Artículo de Libre Mercado:
El sistema chileno de pensiones ha sido reconocido desde hace décadas como un modelo pionero a la hora de mejorar los esquemas de previsión para la jubilación. Impulsado por José Piñera, el modelo de capitalización individual contempla que cada trabajador dedique el 10% de sus ingresos mensuales a una cuenta personal, con el objetivo de acumular ahorro en fondos de inversión cuyo perfil de riesgo puede ser escogido por el propio trabajador.
Libertad Digital entrevistó el pasado mes de octubre a José Piñera, arquitecto del sistema chileno de pensiones, con motivo de los 35 años de la reforma. En su paso por esta casa, Piñera destacó que "el trabajador que ha aportado durante toda su vida obtiene una pensión muy superior a la que habría recibido con un modelo de reparto. Aportando durante más de 30 años, esto supone una pensión cercana a los 1.000 dólares mensuales".
Los datos que compartió Piñera durante su paso por Libertad Digital han sido refrendados por la Superintendencia de Pensiones de Chile. El organismo supervisor del sistema publicó a comienzos de este año un informe en el que certifica que los trabajadores chilenos que aportan a su cuenta de capitalización durante más de tres décadas obtienen una pensión promedio equivalente a 644.000 pesos chilenos, monto equivalente a 980 dólares al mes (unos 920 euros).
Conviene recordar que, en España, la pensión media es de 900 euros... pero las aportaciones exigidas por nuestro modelo de cotizaciones sociales son tres veces más altas, lo que supone que nuestros sueldos sufren un recorte mucho más alto por el pago de las cotizaciones. Por otro lado, también es importante señalar que el PIB per cápita de España dobla al de Chile, de manera que los 920 euros del ejemplo latinoamericano serían equiparables a cobrar una pensión de 1.840 euros en nuestro país.
Una reforma laboral para seguir creciendo
José Piñera explicó el pasado verano que el sistema chileno de pensiones funciona "como un Mercedes", pero recordó que todo coche necesita "bencina". En ese sentido, pidió una reforma del mercado de trabajo que reduzca la informalidad y facilite la acumulación de años cotizados por parte de los trabajadores.
El padre del modelo de capitalización ha vuelto al debate de las ideas en Chile con el relanzamiento de su revista Economía y Sociedad. En su editorial, la publicación pone en valor la reforma de las pensiones adoptada en 1980 y recuerda que el modelo liberal chileno "ha reducido la pobreza desde el 50% hasta el 8% de la población, elevando el PIB per cápita desde los 4.000 hasta los 24.000 dólares".
Bachelet mantiene el modelo
En 2016, la presión de grupos de izquierda radical contra el sistema de pensiones de capitalización puso en jaque la supervivencia del modelo. Sin embargo, el gobierno de izquierdas de Michelle Bachelet reconoció la superioridad del esquema de capitalización y renunció a alterarlo.
Eso sí: el Ejecutivo ha decretado la introducción de un pilar complementario del 5% que será aplicado bajo un esquema de reparto. Los expertos en el modelo chileno de pensiones han señalado que un aumento de la cotización podría ayudar a elevar las prestaciones de quienes aportan al sistema menos de 30 o 35 años, pero han lamentado que ese 5% adicional vaya a parar a un paradigma de reparto y no al fondo personal de los trabajadores.
Por otro lado, el think tank Libertad y Desarrollo ha publicado varios informes que señalan que las pensiones serían un 50% más bajas si Chile transformase todo su sistema de jubilación y adoptase íntegramente el esquema de reparto vigente en España.
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