No puede ser más evidente, como ya he expuesto en diversos artículos el absoluto y cada vez mayor fracaso de la lucha estatal contra las drogas.
Y las causas y los enormes efectos contraproducentes de la prohibición son evidentes (para mayor información hay numerosos artículos al respecto en la etiqueta de drogas).
Las leyes no se tienen que valorar y aprobar por los fines o intenciones que buscan, sino por los resultados y consecuencias que provocan. Y las consecuencias de la prohibición (como ya ocurriera con el alcohol en EEUU son muchísimas más dramáticas y costosas bajo cualquier punto de vista analizado que su legalización).
A la izquierda, muertes por sobredosis en 1999; a la derecha, en 2014.
(Fuente: The Guardian)
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