Carlos Rodríguez Braun expone el lenguaje envenenado que es usado en política para engañar al ciudadano y justificar sus actos, mostrando por ejemplo el término social (que es constantemente asociado como adjetivo a cualquier término empleado en política), globalización, solidaridad, la falacia de que el Estado y la sociedad son lo mismo, o el poder económico y político (la falacia de que el mercado es como la política).
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