Patricia Malagón expone el caso sueco, donde su masa forestal sigue creciendo pese a ser una potencia maderera mundial, con lo que supone para la riqueza y bienestar de su sociedad dado los cientos de miles de empleos que crea (y las protestas de ciertos colectivos).
Otra muestra de que desarrollo e industria no está reñida con protección del medio ambiente (de hecho, la protección ambiental nunca ha sido mayor en Occidente pese a mayor desarrollo económico de la historia, y el crecimiento de los bosques en Occidente también es obvio desde hace décadas).
Qué es necesario, protección de la propiedad privada (como es propiedad mía, tengo interés especial en no destruirlo, sino en hacerlo rentable y sostenible en el tiempo para obtener continuos beneficios), que evita la denominada "tragedia de los comunes" (no tengo incentivo a mantenerlo limpio o no explotarlo más porque no es mío, y si no lo hago yo lo hará otro) y legislación correcta que permita confluir el interés propio con el interés común, facilitándose (y no poniendo trabas) al crecimiento económico, que enriquece a las sociedades, satisface sus necesidades básicas y permite acumular ingentes recursos para satisfacer otras necesidades, como la protección del medio ambiente, a la cual se le puede aplicar muchos más recursos y medios y tecnologías fruto de las mayores inversiones que permite el mayor crecimiento económico.
Otra muestra de que desarrollo e industria no está reñida con protección del medio ambiente (de hecho, la protección ambiental nunca ha sido mayor en Occidente pese a mayor desarrollo económico de la historia, y el crecimiento de los bosques en Occidente también es obvio desde hace décadas).
Qué es necesario, protección de la propiedad privada (como es propiedad mía, tengo interés especial en no destruirlo, sino en hacerlo rentable y sostenible en el tiempo para obtener continuos beneficios), que evita la denominada "tragedia de los comunes" (no tengo incentivo a mantenerlo limpio o no explotarlo más porque no es mío, y si no lo hago yo lo hará otro) y legislación correcta que permita confluir el interés propio con el interés común, facilitándose (y no poniendo trabas) al crecimiento económico, que enriquece a las sociedades, satisface sus necesidades básicas y permite acumular ingentes recursos para satisfacer otras necesidades, como la protección del medio ambiente, a la cual se le puede aplicar muchos más recursos y medios y tecnologías fruto de las mayores inversiones que permite el mayor crecimiento económico.
Artículo de Libre Mercado:
Suecia | Pixabay/CC/Giraffew
El 70% del territorio sueco está cubierto por bosques, pero lo más llamativo es que en menos de un siglo nórdico ha duplicado su masa forestal. Lo que más sorprende es que Suecia proporciona el 10% de la madera del comercio mundial. Una madera que se utiliza para fabricar papel, para la construcción de muebles o a modo de leña para generar calor. Por tanto, la pregunta es ¿cómo es posible que Suecia duplique su masa forestal al mismo tiempo que genera el 10% de la madera consumida anualmente en todo el mundo?
La respuesta es simple: Suecia hace crecer cada año más y más árboles. El crecimiento anual que estima el World Economic Forum es de 120 millones de metros cúbicos al año, mientras que los metros cúbicos talados anualmente se sitúan en 90 millones. Es decir, cada año, el país nórdico genera un superávit de 30 millones.
Después de décadas de declive forestal, causado por la extensión de la agricultura, la construcción de viviendas, la madera como combustible y el uso del carbón para la industria, Suecia vio decrecer enormemente su masa forestal en el siglo XIX y en el XX. Sin embargo, las nuevas tecnologías y las leyes forestales aprobadas han hecho posible que Suecia sea una potencia maderera y, al mismo tiempo, duplicar el tamaño de sus bosques.
La industria de la madera es clave dentro de la economía sueca, ya que emplea a más de 60.000 personas de manera directa e indirecta y genera en total 200.000 puestos de trabajo. En 1993, el Gobierno sueco reformó la legislación para proteger al mismo tiempo a la industria y los bosques, aunque anteriormente ya existía una normativa según la cual cada árbol talado tendría que ser sustituido por otro plantado.
A pesar de todos estos éxitos, una serie de colectivos siguen mostrándose en contra y acusan a las empresas de minar la biodiversidad del país. La queja generalizada de la oposición ‘verde’ tiene que ver con que solo ciertas áreas al norte del país son bosques vírgenes, mientras que los nuevos bosques son cultivados.
El éxito, sin duda, ha sido creado por la industria maderera, a la cual le interesa contar con un basto terreno repleto de árboles para continuar siendo una de las potencias mundiales en el sector. Mientras que antes de la explosión de este sector, Suecia veía reducir su masa forestal de forma continuada.
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