lunes, 29 de abril de 2019

Análisis de las causas del derrumbamiento del PP

El PP se ha derrumbado literalmente. Perdió en estas elecciones más de la mitad de sus diputados (de 137 escaños a 66) y más de tres millones y medio de votos. 



Por su puesto, el único responsable, pese a que pretenda culpar a otros partidos...es él mismo. Única y exclusivamente. Y el origen no es otro que la "cobardía" de Rajoy, que renunció a todo principio que supuestamente poseía su partido, con la única intención de obtener el beneplácito de su rival político, y algún voto a corto plazo, renunciando a todo principio ideológico del partido, y en consecuencia a la propia supervivencia (desde luego hegemonía) del partido a medio y largo plazo. 

Y ello debido a la renuncia a la lucha de las ideas (lo más importante para alcanzar la hegemonía cultural y posteriormente política, como bien sabe la izquierda o el propio Gramsci), que han sido cedidas obscenamente en cada ámbito a la izquierda, otorgándoles fuerza moral y generándoles millones de votos futuros (y presentes), y no consolidando así nada por lo que uno pueda aferrarse a dicho partido, salvo humo estratégicamente lanzado para engañar a incautos, tomando a sus votantes por idiotas. 

Lo que ha ocurrido ahora no es ninguna sorpresa. Es algo advertido hasta la saciedad por muchos desde hace años, y la traición se paga caro. Luego vienen los lloros, y por supuesto, la búsqueda de responsables externos así como la nula autocrítica real, que les lleva (como estos días) a buscar equivocadas razones internas de su fracaso. 

El ninguneo del partido desde Rajoy a sus votantes ha sido continuo, las mentiras constantes y flagrantes, y la tomadura de pelo y cesión al rival político no ha tenido fin. 

Un partido que aglutinaba amplias bases del electorado de centro, de derecha, liberal, conservador o simplemente utilitarista maltrató a todos ellos desplazando en primer lugar la derecha al centro, y éste cada vez más a la izquierda al renunciar a todo principio ideológico, replegándose a sus dictados.

Rajoy expulsó de su partido a los liberales y conservadores en 2008, con su discurso en Elche (Alicante): "si alguien quiere irse al partido liberal o conservador, que se vaya", mostrando así cuáles eran las ideas y políticas del partido. La diferencia es que en aquella época no tenían otras opciones de voto, salvo la abstención y el no votar (en mi opinión, la solución ante el consenso liberticida e iliberal del arco parlamentario). 

Rajoy, por supuesto, trataba con promesas de intentar contentar y convencer a todos, lo que ante el desastre del PSOE de Zapatero, le llevó al gobierno. Sin embargo, la traición a todos los niveles con todo tipo de promesas incumplidas (a conservadores en cuestiones sociales y a liberales en cuestiones económicas no se hizo esperar). Esto unido a una corrupción presente de manera obscena en todo el partido (común por otra parte a todos los partidos de gobierno, empezando por el PSOE pero amplificada mediáticamente con el PP), provocó una absoluta rotura y descontento de mucha gente con el partido. 

Así de su antaño base de votantes de derecha, liberal, conservador, de centro y utilitarista, solo representaban algunos considerados de centro (un centro desplazado a la izquierda con políticas de aumentos de impuestos, aumentos de gasto, regulaciones, mantenimiento de chiringuitos...) y en su momento a utilitaristas que les votaban como mal menor con la "nariz tapada" ante una izquierda que era eso en mayor grado o ante el miedo de la fractura nacional, a la que el PSOE hacía el juego con aún mayores cesiones. 

La apuesta de Casado era el cambio o el freno a dicha deriva (cuyo mantenimiento encarnaba Soraya, toda una apuesta por el incremento de la socialdemocracia, que es la esencia del partido, sin diferenciación básica con la izquierda moderada, pero cuya única pretensión era tratar de vender una diferencia en cuanto a su eficiencia o gestión, una gestión más tecnócrata y eficiente de una política que hace estragos y pone todas las semillas para la destrucción y generación de descontentos y conflictos sociales). 

El problema que se ha encontrado Casado ha sido doble básicamente. En primer lugar, una herencia desastrosa (Rajoy), de absoluto descontento, humillación y mentiras reiteradas, con la única estrategia de generar votos mediante la apelación al miedo (primero con Podemos, y luego con Vox), ante la incapacidad de vender méritos propios. 
El cambio de mensajes o la reiteración de que ahora las promesas se cumplirán llegan muy tarde ante años de burdas mentiras a todos los niveles (política social, ideológica, educativa, nacional, económica...). 

¿Por qué había que creerse ahora que iban a bajar impuestos, si renuncian desde un principio a bajar el gasto, cuando estructuralmente el gobierno del PSOE lo estaba incrementando notoriamente? (lo que hace más inviable la reducción de impuestos salvo alguno cosmético, sin bajar el elefantiásico gasto público actual). 
¿Quién se va a creer que ahora sí va a hacer algo con los nacionalistas, cuando se renunció hace apenas un año a tomar medidas dentro de la ley para evitar la deriva que se está viendo? ¿Quién se va a creer que se va a combatir la política educativa de inmersión lingüística...cuando en los lugares donde se gobierna con el propio Casado (Galicia), hace justo lo contrario, no respetando ninguna de sus promesas electorales o del programa de gobierno? ¿Quién va a creer que va a combatir la ideología de género impuesta por la izquierda cuando lejos de combatirla y mostrar sus aberraciones se adoptan, interiorizan y comparten aceptándolas por ley (mientras Casado decía en sus discursos iniciales lo contrario)? ¿Y lo mismo con el feminismo radical? ¿Quién va a creer que va a cambiar la totalitaria, ideológica y sectaria ley de desmemoria histórica, cuando se aceptan y aprueban en sus respectivas regiones donde gobiernan, y no se cambia en el poder por una memoria ecuánime y que no fragmente, ni sea instrumentalizada en favor de sus creadores, ni beneficie a múltiples grupos de interés, ni genere censura, ni reescriba la historia ni genere odio?...

Si uno quiere transmitir confianza, empieza por lo básico y haciendo cambios de verdad donde gobierna (en vez de incumpllir también allí). 

Por otra parte, las palabras de Casado llamando el voto a los fugados a Vox al decir que "su partido ofrecía todo lo que los votantes de Vox pedían" es otra muestra de la tomadura de pelo y mentira constante a la gente que lleva a cabo el partido (razón de más para desconfiar de que ahora sí cumplirá). Es el cuento de la lechera en esencia. 

Y el segundo problema de Casado es que ahora, al contrario de lo que ocurría antes SÍ hay alternativas para muchos de esos votantes estafados y maltratados. El crecimiento de Ciudadanos y Vox no es otra consecuencia de sus múltiples errores y mentiras (en materia de corrupción, de permitir, fomentar por su dejadez -junto al resto de partidos- el fomento y crecimiento del nacionalismo e independentismo, en educación, en la cuestión lingüística, en materia económica...). 

Por lo tanto, a nadie puede extrañar dicha fuga masiva de votos. 

El otro elemento a analizar es el de su propia autocrítica actual, que está muy mal encauzada y desvía la atención de las verdaderas causas y errores propios. 

Creen que el motivo de su debacle es que "no ha funcionado el ´viraje a estribor` de Casado", pero no funcionó por lo comentado anteriormente, no porque sea erróneo si de verdad fuera creíble o se hiciera cuando tienen oportunidad, pero siguen sin hacer nada de esto donde sí pueden. 

Creen que "no ha funcionado el acercamiento ´cariñoso´ al votante de Vox". Pero esto es radicalmente falso, tildando a sus votantes de extrema derecha, borrachos...siendo el centro de sus críticas políticas y mediáticas -en los medios que controlan- y rechazando toda propuesta suya). Esto también ha sido llevado a cabo por Cs para no perder votos, lo cual se ha vuelto también en su contra perdiendo votos hacia el PSOE por miedo a un tripartito en el que forme parte un partido al que se ha demonizado, en muchísimas ocasiones de manera obscena y demagoga alentando el interesado mantra de la izquierda del fascismo (incluso Cs lo tildaba así), tan bien expuesto en sus obras por el clarividente Jean-François Revel). El acercamiento tímido de última hora del PP (sabiendo su necesidad como forma de alcanzar la presidencia) es un simple chiste de última hora. 

Creen que "no funcionó la propuesta de gobernar ´sin complejos´", cuando el PP es el partido del complejo, antes y ahora, especialmente cuando tiene el poder de hacerlo, que es cuando se evidencia que el "sin complejos" es mero humo electoral para tratar de diferenciarse del discurso de la izquierda de alguna manera). 

Creen que "no funcionó la estrategia de aglutinar el voto de centro derecha para evitar los efectos de la ley D`Hont". Pero esto es algo lógico, porque ¿quién quiere un capitán que no respeta a sus pasajeros y trata mejor a los de otros barcos?. ¿Quién quiere aglutinarse en un partido y ganar, si luego las políticas aplicadas son las del rival político -en este caso la izquierda-?. 
El PP está camino de dejar de ser mayoría en dicho arco para pasarlo a Cs o Vox. ¿Será entonces la estrategia adecuada dejar de votar al PP?. 

Creen que "no funcionó la renovación casi completa de las listas", aduciéndose una falta de experiencia. Es otra mala lectura para variar. El PP es cierto que incorporó importantes activos al proyecto (caso de Daniel Lacalle y Cayetana Álvarez de Toledo). El problema viene cuando en el caso del primero (que podía ser un imán para liberales y muestra del cambio de rumbo en política económica) se desprende con unas declaraciones diciendo que ven bien un gasto público sobre el PIB del 41%!!. Esto inmediatamente supone dos cosas. Una que el partido no va a virar para nada hacia tesis más liberales (un 41% no puede estar más alejado de cualquier pretensión mínimamente liberal) y en segundo lugar que no importa a quién incorpores, pues el partido lo fagocita y solo sirve de estrategia cual muñeco para atraer votos inocentes (por mucho que prometan otra serie de medidas que ciertamente son muy válidas, la credibilidad para llevarlas a cabo se derrumba y el voto liberal se desvanece). 
Y por otro lado, con Cayetana, con un discurso valiente y muy necesario que sí hace frente al discurso de la izquierda, pero que ni es compartido ni es defendido por el propio partido, ni siquiera por su líder (como se vio en el segundo debate a Casado cuando ni salió en su ayuda al ser mencionada), no viéndose tampoco en las medidas adoptadas -empezando por Andalucia- ni el discurso llevado a cabo por el partido. Una muestra por tanto que hay poca esperanza de cambio, que se intenta jugar en el partido a dos campos (para intentar atraer a gente, pero sin llevar a cabo dichas promesas ni siendo coherente con el discurso) y que se mantiene en esencia la cesión a los postulados e ideas de la izquierda, haciendo efectiva el lema de "la derechita cobarde". 

Por último, piensan que "el problema ha sido Ciudadanos, y especialmente Vox", pero el problema y la causa de su derrumbamiento han sido ellos mismos por su huida constante del debate ideológico, y la cesión a las premisas (salvo de manera tímida y sin puesta en práctica) de la izquierda. 

Es el PP el que ha caído y ha hecho el juego a la izquierda con la cuestión y la denominación de extrema izquierda al partido de Vox (cuando Vox no es más que la derecha clásica, de la que tanto se ha distanciado el PP), pero en absoluto cumple con un patrón fascista, como se ha pretendido tildar y adjetivar para intentar descalificarlo y alejar a potenciales votantes. Parece que así, en su complejo innato, obtienen el beneplácito de la izquierda, que estratégicamente tilda de fascista a todo lo que difiere de su pensamiento único (también lo era PP o Ciudadano, pero ahora con la llegada de Vox, parece que se les quita esa etiqueta para denominar a otros (eso es lo que ellos creen claro, como queda claro en múltiples declaraciones políticas provenientes de la izquierda, manifestaciones, altercados preelectorales, debates de ideas...). La estrategia de unos y la sumisión y complejo de otros hacen un estupendo trabajo, pese a que los actos de violencia, los actos fascistas de violencia y repudio a los resultados democráticos electorales, los ataques a la libertad de expresión, mítines, presencia en universidades, los ataques a representantes políticos...provengan siempre del mismo lado. Mientras te venden que el PSOE es moderado y centro y Podemos es ligera izquierda, los terroristas son hombres de paz y los independentistas no son fascistas, ni violentos, ni racistas, sino victimas y antifascistas).  

El seguir este juego, renunciar a sus propios principios, atacar a las ideas conservadoras y liberales, siguiendo y aceptando la propia demagogia de la izquierda (e incluso empleándola igualmente con Vox) lejos de reforzar y atraer votantes (salvo alguno a corto plazo), aumenta la profundidad de la fosa hacia la que se dirigen. 

Y profundizando en ella, son ellos los que han alentado (junto a la izquierda o Cs) dicho miedo, son ellos los que han legitimado y dado razones a la izquierda en su discurso. Son ellos los que siguiendo esa estrategia de la izquierda, han hecho huir a votantes moderados al PSOE (que pudieran votar a Cs o PP) al creer dicho discurso falaz, por miedo a un tripartito con Vox, al caer en sus trampas, haciendo mucho más daño a su propio partido. 

ELLOS son los únicos responsables y siguen sin entender un ápice el verdadero problema y las causas de su decadencia (y siguen sin respetar a sus ex votantes), por lo que se merecen lo que está pasando. 




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