miércoles, 17 de abril de 2019

Deconstruyendo un tuit de Echenique

Juan Soto desmonta el falaz tuit de Echenique (Podemos) hacia Ciudadanos justificando la violencia contra ellos en los actos electorales del País Vasco de la manera más aberrante y repulsiva, que no es otra que acusar a la victima de la violencia del verdugo, cual machista que justifica la violación a una mujer porque llevaba falda y le provocó. 
Desgraciadamente, este es el nivel político actual, éste el grado de intolerancia y guerracivilismo que promulgan algunos (curiosamente proveniente de la extrema izquierda siempre), y que está dando lugar de la manera más irresponsable posible a una creciente polarización social, creciente intolerancia y violencia antidemocrática, con muy peligrosas consecuencias (y que desde la distancia recuerda y mucho a lo acontecido antes de la guerra civil, que algunos pretenden revivir cada día). 

Artículo de El Confidencial: 
Foto: Pablo Echenique. (EFE)Pablo Echenique. (EFE)
Ciudadanos es un partido marginal en Euskadi y Rivera lo sabe. No se va a Errentería a conseguir los votos de los vascos y las vascas. Va a incendiar la convivencia entre los diferentes pueblos de España a ver si así rebaña votos de odio en otros territorios. Duro, pero cierto”. Las palabras son de Pablo Echenique, y el surtido Cuétara de obedientes 'tuitstars' de izquierdas ha emitido después mensajes muy en esa línea, porque la consigna es la consigna. Pero, como toda consigna, merece ser desmontada y analizada pieza por pieza.
Por partes. Dicen Echenique y su coro que “Ciudadanos es un partido marginal en Euskadi y Rivera lo sabe. No se va a Errentería a conseguir los votos de los vascos y las vascas”. ¿Ciudadanos no quiere votos en Euskadi? Es cierto que la formación no ha arraigado allí. En Errentería, concretamente, su voto es ínfimo. Es posible que ni siquiera presenten candidato. Pero ¿debe un partido evitar los lugares donde su discurso no interesa, 'a priori', a casi nadie?
Lo dudo. Pero voy más allá: ¿qué ha significado en tiempos muy recientes que una formación política tuviera poca representación en un pueblo de Euskadi? Un ejemplo es el del PP del pequeño pueblo de Elorrio, Vizcaya, donde el único concejal no nacionalista en 2011 se llamaba Carlos García (y donde actualmente solo hay partidos nacionalistas en el ayuntamiento).
Puede que Echenique no lo recuerde, pero Carlos García fue recibido con unos abucheos muy parecidos a los del otro día en Errentería cuando juró el cargo en el Ayuntamiento de Elorrio. Su voto rompió el desempate entre PNV y Bildu a favor de los primeros. El discurso que pronunció García recordó a las víctimas de ETA asesinadas en un radio de pocos kilómetros: socialistas y populares vascos de esta generación tan cercana a la de Echenique, marcada por el terror y el asesinato. Aquel día, los concejales de Bildu se levantaron y se pusieron de espaldas mientras lo abucheaban.
Así que, ¿tener una representación marginal en un pueblo de Euskadi es, por tanto, una situación indigna? Durante los años del terror, no tan lejanos, estos 'marginales' perseveraron poniendo en peligro sus vidas. No es el caso de los candidatos de Ciudadanos, pero sí el de Fernando Savater, que asistió al acto, y el de Maite Pagazaurtundúa, que fue diputada de UPYD y hermana de un asesinado socialista, y que pronunció un discurso fabuloso mientras el buen pueblo zurría cacerolas y la llamaba fascista.
Pero veámoslo de otro modo: Podemos tampoco tiene representación, en general, allá donde gana Bildu. Sin embargo, hemos visto a los candidatos morados en actos políticos y culturales junto a la izquierda 'abertzale', que los ha recibido con más cariño que a la derecha españolista. De manera que, ¿la única forma de ser tolerado por esta gente es la vía Podemos? ¿No rechistar? La primera parte del tuit es falaz. Veamos la segunda.

La 'convivencia'

Sigue diciendo el tuit-consigna de Echenique: “[Rivera] va a incendiar la convivencia entre los diferentes pueblos de España a ver si así rebaña votos de odio en otros territorios”. La sospecha de las intenciones de Rivera es algo que puedo compartir. Los partidos están demostrando muy poca delicadeza a la hora de agitar avisperos para rascar votos. Frente a la dignidad del PP vasco, el PP de Madrid ha demostrado un uso ilegítimo de las víctimas a lo largo de los años. Cada vez que Casado dice ETA, a mí me dan ganas de vomitar.
Puede que la intención de Rivera sea también “rebañar votos en otros territorios”, pero lo cierto es que Echenique publicó este tuit como reacción (estas negritas son mías) a una escena en la que la Ertzaintza tenía que escoltar a los asistentes, que desfilaban entre una turba ladradora. Lo que nos lleva a la pregunta central: ¿a qué clase de 'convivencia' se refiere Echenique?
Dejemos por un momento las intenciones de Rivera a un lado y miremos la parte que abuchea y acosa al grito de “fascistas”. ¿En qué consiste la convivencia que se rompe cuando aparece Ciudadanos? ¿Tan frágil es? ¿Se refiere Echenique a una convivencia como la de Elorrio, con un 100% de concejales nacionalistas en el ayuntamiento? ¿Es eso?
Dicho de otra forma: ¿podríamos llamar convivencia a una situación de homogeneidad en la que ha de imperar un solo color, una sola idea, un solo sentimiento, y todo lo demás es fascismo? ¿Es un acto político de un partido, independientemente de su ideología y de sus intenciones, algo que pueda por sí solo romper una convivencia real?
Yo me niego a aceptarlo. Cualquier adulto puede tolerar un acto de un partido político en su pueblo sin echar espuma por la boca. Errentería puede demostrar su repulsa a Ciudadanos con la misma herramienta que utilizaré yo: votando a otro.

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