Juan Soto expone en modo irónico el desbordante fascismo presente en España, reflejando en primer lugar el fascismo de los "antifascistas" (para los que fascismo es toda idea que no sea la de uno mismo) y el burdo desconocimiento de lo que es fascismo realmente (y sus métodos).
Artículo de El Confidencial:
Activistas de Femen protestan en un acto de Falange convocado por el 20-N. (EFE)
Vamos a erradicar el fascismo de la faz de la tierra. Para conseguirlo, empezaremos por identificar claramente a los fascistas. Nosotros os diremos quién es fascista: somos los elegidos para ello. Los señalaremos a todos: a los de Vox, a los del PP, a los de Ciudadanos, que son todos lo mismo; también a buena parte del PSOE y a quien sea de Podemos o Izquierda Unida pero nos parezca un topillo fascista. No bajamos la guardia: sabemos que entrar en el sistema te acaba convirtiendo en fascista.
Que ningún fascista respire porque nadie estará libre de ser señalado como fascista y atacado como fascista y vapuleado como perro fascista mientras tenga una gota de fascista. Os diremos cómo los identificamos.
Quien piensa demasiado en sí mismo, quien no acepta que el individuo está totalmente supeditado a la liberación de los grupos oprimidos, quien sea heterodoxo o violente un tabú, fascista. Quien ponga en duda el testimonio de una víctima buena o crea el testimonio de una víctima mala, fascista. Quien frivoliza sobre las cosas que importan, quien bromea con lo que nos ofende, quien trivializa nuestra lucha: fascista, fascista y fascista.
Quien use argumentos que benefician al fascismo, fascista. Quien dé información provechosa para el fascista, fascista. Quien escuche, dé voz, negocie o trate de entender a cualquier fascista, fascista también. Quien lea libros fascistas (de Pérez Reverte), vea películas fascistas (de Garci), vaya a obras de teatro fascistas (de Boadella), lea artículos fascistas (de Espada) o escuche música caduca y humillante (de Sabina) será considerado fascista.
Aunque el fascismo no es un mal hereditario, cosa que sabemos porque nuestros padres son unos fascistas, quien tenga abuelos fascistas estará bajo sospecha y tendrá que demostrar que no es fascista. También quien tenga apellidos fascistas, nombres fascistas o vista de manera fascista. Con prendas de El Ganso o el 'fachaleco', por ejemplo.
Quien diga la palabra gulag, quien demonice a Lenin o se pase demonizando a Stalin; quien critique a Castro o pronuncie a mala idea la palabra Venezuela, fascista. Quien no idealice la II República, quien salga con que algunos rojos hacían checas, quien se comporte como si Franco hubiera muerto y quien no crea que la transición fue una trampa del fascismo, también fascista.
Debe demostrar que no es fascista el que no se sienta culpable por lo que hicieron en el siglo XV, y quien crea que cualquier individuo de cualquier minoría es un ser con responsabilidad sobre sus actos. Es fascista sin duda quien pronuncie ciertas palabras, quien use determinada jerga o ponga el papel higiénico con el fleco hacia la pared*.
Los conservadores son fascistas. Los liberales son fascistas. Los anarcoides son fascistas. Los católicos son fascistas. Los hombres que no se han deconstruido son fascistas. Las mujeres que no se han empoderado son casi fascistas, y si se casan con un fascista lo son del todo. Si tienes amigos fascistas eres fascista. Si no denuncias el fascismo eres fascista. Si tuiteas a un fascista o lees a un fascista eres fascista. Por este motivo, los socialdemócratas son fascistas también.
Y sobre todo: quien diga que la palabra fascista está caduca o manoseada, o que no tenemos ni reputísima idea de lo que es el fascismo, ¡fascistas, fascistas, fascistas!
*La última parte de esta frase finalmente fue eliminada en la versión final por algún fascista.
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