jueves, 3 de mayo de 2018

Los impuestos al trabajo en España, un 8% por encima de la OCDE

D.S.C. muestra la cuña fiscal (el peso que tienen los impuestos que gravan el trabajo sobre el salario del trabajador) en la OCDE (que engloba a las economías desarrolladas del planeta) y la posición de España al respecto. 

Pero nunca es suficiente. Los políticos te quieren quitar más para impedir tu capacidad de ahorro para tener un mejor futuro y jubilación, tu capacidad de gasto para que tengas un vida más cómoda y tu capacidad de elección para decidir tú en qué quieres emplear tu dinero y cuáles son tus necesidades, en lugar de un político y burócrata que decida por ti en función de sus propios intereses (y llevándose una lucrativa parte por el camino).



Artículo de Libre Mercado: 

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Cada año, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publica un documento de referencia a la hora de medir la llamada "cuña fiscal". Este indicador se refiere al peso que tienen los impuestos que gravan el trabajo, es decir, a la incidencia de las cotizaciones sociales y el Impuesto sobre la Renta sobre el neto que perciben los asalariados.

La "cuña fiscal" en España era del 38% en el año 2008. Desde entonces, coincidiendo con el estallido de la crisis, dicho indicador subió hasta el 40,7%, máximo histórico de la serie alcanzado en 2013 y 2014. En 2016 y 2017, los informes de la OCDE constataron una presión fiscal sobre el empleo superior al 39%. En concreto, de acuerdo con el último estudio, una persona trabajadora en España que gana el salario medio enfrenta una cuña fiscal del 39,3%. Esta cifra se sitúa un 8% por delante del promedio de los países desarrollados integrados en la OCDE, para los cuales el informe Taxing Wages estima una "cuña fiscal" del 35,9%.

El ranking de presión fiscal sobre las rentas del trabajo está encabezado por Bélgica, donde los asalariados ven reducido su sueldo bruto un 53,7%. A continuación figuran Alemania (49,7%), Italia (47,7%), Francia (47,6%), Austria (47,4%) y Hungría (46,2%). Otros países que también se colocan por delante de España son República Checa (43,4%), Finlandia (42,9%), Letonia (42,9%), Eslovenia (42,9%), Suecia (42,9%), Eslovaquia (41,6%), Portugal (41,4%) y Grecia (40,8%).


El país con menor presión fiscal sobre el trabajo es Chile, donde las cotizaciones sociales fueron sustituidas por un sistema de capitalización de las pensiones, resultando en un notable ahorro tributario para los asalariados. También tienen una presión fiscal relativamente baja otros países de la OCDE como Nueva Zelanda (18,1%), México (20,4%), Suiza (21,8%), Israel (22,1%), Corea (22,6%), Irlanda (27,2%), Australia (28,6%) y Reino Unido (30,9%). Dentro de la tasa que aportan los españoles, tenemos un 23% de cotización social a cargo de la empresa, así como un 4,9% ligado a la cotización que sufraga el trabajador.

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