Lo he comentado en otros artículos. El político no cambia nunca, y a la mínima oportunidad, vuelve a hacer lo de siempre. En este caso, inflar e inflar las plantillas públicas creando empleo artificial cortoplacista (y comprando votos y voluntades), sin considerar "lo que no se ve" que diría Bastiat. Es decir, lastrando y ahogando el crecimiento del sector privado aumentando el gasto estructural improductivo a costa de economía productiva (menor prosperidad, mayor deuda e intereses de la misma, mayores impuestos, menor empleo, inversión y salarios en el sector privado, menor productividad, y menos capacidad de sostener el hipertrofiado Estado, con recortes posteriores, y peor calidad de los servicios, pese a que cada vez son más caros -nos dan y darán menos por más-).
Artículo de La carta de la bolsa:
Artículo de La carta de la bolsa:
El director de Randstad Research, Valentín Bote, ha advertido este miércoles de que el empleo público está aumentando de nuevo a un ritmo "excesivo", lastrando el crecimiento del sector privado, y roza ya niveles previos a la crisis.
Durante la presentación de Randstad Research, el nuevo centro de estudios y análisis del mercado laboral de Randstad, Bote ha recordado que el empleo público se ha incrementado en los últimos seis trimestres en casi 80.000 personas, hasta situarse en casi tres millones de trabajadores.
En la primera fase de la crisis, de 2008 a 2011, el empleo en el sector público no siguió la misma tendencia que en el sector privado y creció en 280.000 personas, sin que ello se tradujera en mayores servicios públicos. "Ahora, el empleo público a vuelto a crecer, tras unos años en los que se revirtió su evolución ascendente", ha precisado.
Lo curioso es que todo el empleo público creado desde principios de 2014 ha sido temporal, de manera que las Administraciones Públicas se han convertido en una de las ramas de actividad que más temporalidad han generado en el último año y medio, concentrando más del 11% de todos los asalariados temporales.
Para Bote, resulta "preocupante" que la gestión de estas contrataciones temporales se haya realizado al margen de empresas especializadas en esta materia, máxime cuando los ciudadanos están reclamando una mayor eficiencia a las Administraciones Públicas.
El excesivo crecimiento del empleo público es, según Bote, uno de los problemas que amenazan las posibilidades de alcanzar un crecimiento sostenido del empleo a largo plazo, junto al desajuste formativo entre oferta y demanda; el "inaceptable" nivel de paro de larga duración, y una inadecuada gestión de la temporalidad.
Randstad defiende que, con una mayor colaboración público-privada, se dinamizaría el mercado laboral y la intermediación de los servicios públicos de empleo sería más efectiva. De hecho, Bote considera que una de las prioridades políticas en la próxima legislatura debería ser la de conseguir articular un servicio de intermediación laboral más eficiente, en el que participe el sector privado.
Al mismo tiempo, Randstad aboga por realizar reformas normativas "urgentes" para penalizar y erradicar la falsa temporalidad, orientadas a facilitar la flexibilidad externa de las empresas para adoptar medidas alternativas de contratación temporal gestionadas por profesionales.
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