Santiago Navajas analiza la nueva educación para el adoctrinamiento que pretende implantar el PSOE y sus socios tras la llegada (no votada por los ciudadanos) al poder.
Y es que efectivamente, lo primero que hacen los socialdemócratas nada más llegar al poder siempre es apropiarse de la televisión y de la educación, las principales herramientas de propaganda y adoctrinamiento.
Artículo de Libertad Digital:
Cada vez que llegan los socialdemócratas al poder lo primero que hacen es asaltar la televisión y la educación estatales (mal llamada "públicas"). Y es que para la izquierda siempre ha sido el Ministerio de la Propaganda el más importante (lo suelen dividir, orwellianamente, en "Ministerio de Cultura" y "Ministerio de Educación"). En su última novela, Sumisión, Michel Houellebecq plantea que un hipotético partido islamista francés que consiguiese entrar en un gobierno de coalición exigiría antes de nada el Ministerio de Educación. Y es que la educación y la televisión se consideran las principales formas de "moldear las conciencias" o de "formar el espíritu nacional" para los que consideran las ideología una forma de "sharia".
La obsesión uniformizadora, hegemónica y absolutista de la izquierda se pone de manifiesto en la inquina que le tiene a los padres y a las familias. Desde Platón a Engels, las familias han sido considerados los principales focos de resistencia contra el poder del Estado, que se pretende omnipotente. Siguiendo dicha tradición, en lugar de los padres naturales, los socialistas quieren que sean los "papás" estatales (ahora en la versión feministoide de las "mamás" Calvo y Celaá) los que pretenden "educarnos" según los dogmas de la "famiglia" socialdemócrata. Este es el corolario político de su complejo de superioridad moral. Los socialistas tratan de instrumentalizar Educación para la Ciudadanía para convertirla en un adoctrinamiento en Socialismo y ahora, además, en Feminismo de Género. En sus orígenes con Zapatero, Peces Barba pretendía impartir "cursos especiales" para cambiar los "sesgos ideológicos" de los profesores de Filosofía no afectos a la "Causa". En el actual gobierno de Sánchez, la ministra de Justicia Dolores Delgado pretende "reformar las mentes" de los jueces. Ya ni disimulan la vocación del "lavado de cerebros".
Y es que los socialistas, los nacionalistas y los feministas de género conciben la asignatura no como una auténtica Educación en los Valores Fundamentales y en las reglas básicas de cortesía para una convivencia ilustrada sino en un contrapeso para la demonizada educación en los centros concertados y privados católicos. Los socialistas tienen tradicionalmente unos prejuicios anticlericales y anticristianos que les llevan a instrumentalizar esta asignatura porque consideran que la educación estatal/pública es suya como la concertada piensan que es de la Iglesia. Pervierten de esta forma el significado de los "público".
Una Educación para la Ciudadanía auténticamente ilustrada enseñaría a decir "no, papá" solo en el caso de que papá no tuviera razón. Sin embargo, lo que en realidad pretenden imponer los socialistas es un "sí, papá Estado", sustituyendo un paternalismo familiar por otro estatal. Precisamente la diversidad de los valores familiares ejerce un contrapoder a la formidable maquinaria adoctrinadora del Estado a través de todos los medios de comunicación que están en última instancia bajo su poder. Y también el sistema educativo
Es una vergüenza democrática que las familias que no pueden permitirse una educación privada tengan que soportar el adoctrinamiento socialdemócrata masivo al que son sometidos en el sistema estatal/público. Por ello los socialistas tratan de asfixiar las escuelas concertadas, eliminar las escuelas diferenciadas, prohibir la "homeschooling" (Richard Feynman no podría haber educado a sus hijos en casa de haber sido español). La pesadilla de una "escuela única" es su sueño
Todo ello, claro, genera además un pingüe industria de "cursos de Formación" de la que se benefician todas las Fundaciones, Universidades, Editoriales y Conferencias adscritos al régimen socialdemócrata-nacionalista-femidegénero. Todo esta ideología pedagógica descansa en la concepción romántica de que no hay verdad, objetividad y libertad sino que solo hay un conjunto de "relatos" que se imponen no por la fuerza de los argumentos y las razones sino de las emociones y mitos: de Hölderlin a Schiller pasando por Hegel.
Una Educación en Valores auténticamente filosófica y no adoctrinadora enseña a decir pensar de manera autónoma, ni a favor ni en contra de nada ni de nadie a priori. En una democracia no todas las leyes nos liberan y no todas las costumbres y tradiciones nos esclavizan. Ese es un asentado prejuicio socialdemócrata. Lo que nos libera es el pensamiento autónomo contra todo tipo de leyes, costumbres y tradiciones irracionales.
Sería muy interesante por otra parte calibrar qué tipo de familias adoctrinan más a sus hijos. Intuitivamente me da la impresión que las de izquierdas. Resulta un poco vergonzoso el espectáculo de los niños "manifestantes" protestando contra Trump o en Cataluña ondeando la bandera de los golpistas.
Pero el límite de cuánto unos padres están legitimados para tratar de "programar" a sus hijos ( en cuanto a religión, política o equipo de fútbol) es difuso. Desde luego sospechen cuando en una familia hay una coincidencia del 100% en religión, política y equipación futbolística.
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