Elentir expone cinco motivos por los que muchos políticos y periodistas están dejando de ser creíbles dadas su hipocresía, sesgo parcial y evidentes contradicciones.
Artículo de Contando Estrelas:
Entre los llamados “líderes de opinión”, especialmente de la izquierda, está empezando a cundir el desconcierto ante la cada vez mayor contestación social a sus discursos, noticias y artículos.
A estas alturas ya deberían haberse dado cuenta del origen de ese ingente divorcio entre ellos y sus lectores o votantes. Por mi parte, y sin ser exhaustivo, apunto algunas explicaciones a ese fenómeno:
1. Hablan mucho de “extrema derecha” pero nunca de extrema izquierda
El panorama ideológico que dibujan muchos políticos y medios de comunicación sólo conciben la existencia de extremismos en la derecha, pero no en la izquierda, y eso a pesar de que en los países democráticos son muchos más habituales los partidos comunistas que los fascistas. De hecho, a día de hoy los partidos fascistas son puramente marginales. Encontrar un cargo electo que se reconozca como “fascista” es casi imposible. Sin embargo, en multitud de instituciones de países europeos hay cargos electos que se reconocen como “comunistas” sin tapujos, a pesar de ser una ideología que ha matado a más de 100 millones de personas.
2. Hablan de derechos de las mujeres pero no toleran a las que discrepan
Otra característica de un entorno dominado por los dogmas del feminismo de izquierdas es el hecho de encontrar a políticos y periodistas que se dicen defensores de las mujeres y que incluso presentan a sus rivales como enemigos de las mujeres, como si los únicos portavoces legítimos de esa mitad de la humanidad fuesen los izquierdistas. Sin embargo, ese feminismo progre no duda en atacar con saña a las mujeres que contradicen sus postulados. Un ejemplo lo hemos tenido en España con la profesora Alicia Rubio, que ha sido acosada, cesada y censurada por criticar la ideología de género. Algunos casos han llegado al absurdo, como la crítica a una niña por elegir una muñeca en vez de un móvil, simplemente porque eso contradice los gustos del feminismo izquierdista. Lo que cada vez más gente percibe es que ese feminismo progre no defiende a las mujeres, sino que pretende imponerles su ideología al precio que sea.
3. Son hipercríticos con el Cristianismo pero le disculpan todo al Islam
En el cada vez más secularizado Occidente, algunos líderes de opinión han impuesto una doble vara de medir escandalosa. La defensa del Cristianismo es presentada constantemente como algo retrógrado, desprestigiando y ridiculizando a los cristianos que rechazan cosas como el aborto, el hedonismo, el relativismo moral, etc. y presentándoles constantemente como machistas, homófobos, transfóbicos, etc. Sin embargo, el Islam recibe un trato mucho más amable por parte de la izquierda anticristiana. Una imposición como el velo islámico no sólo no es criticada por la izquierda, sino que incluso es presentada como un signo de rebeldía. De la brutal discriminación que sufren las mujeres en la mayoría de los países islámicos se habla mucho menos y en términos menos dramáticos que de las mujeres que viven en países cristianos, a pesar de que éstas gozan de unas cotas de igualdad que ya desearían las mujeres musulmanas.
4. Son muy compasivos con los animales y a la vez defienden el aborto
El animalismo es una ideología aberrante que se ha puesto de moda entre la izquierda occidental. Ya no sólo señala a toreros o cazadores: científicos, pescadores, ganaderos y consumidores de carne y leche también están en su punto de mira. Estamos llegando a unos extremos tan esperpénticos que a este paso ya ni siquiera podrás defenderte si te ataca un perro. Sin embargo, esa exagerada compasión por los animales contrasta con la aceptación social del aborto, sin duda una de las peores epidemias morales que afectan a la sociedad occidental. Los mismos que piden compasión para cualquier animal, sea domesticado o salvaje, no muestran ninguna piedad con los miembros más débiles e indefensos de nuestra propia especie.
5. Hablan mucho de democracia y libertad, pero luego las atacan
En buena parte de los políticos y periodistas predomina un discurso repleto de vacías apelaciones a los “derechos humanos” y a las “libertades civiles”, hasta llegar al punto de asociar esos conceptos a la ideología progresista y a la izquierda en general, presentando a la derecha y a los conservadores como lo opuesto a todo ello. Sin embargo, esa misma izquierda no duda en pisotear esos derechos y libertades apoyando a dictaduras comunistas, en las que se violan sistemáticamente la dignidad y los derechos fundamentales de millones de personas, y también impone normas que lesionan las libertades de educación, de religión, de expresión y de pensamiento en países democráticos, casi siempre con excusas como combatir el machismo, la homofobia y la transfobia. Unas excusas que algunos incluso han utilizado para violar el derecho a la presunción de inocencia ante acusaciones de discriminación, de malos tratos o de violación.
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