El siguiente artículo muestra y ejemplifica con datos cómo Jordi Évole tampoco puede con Mercadona, mostrando su doble moral al respecto de los salarios y la precariedad laboral.
Artículo de Libre Mercado:
Jordi Évole con el directo de comunicación de Mercadona | La Sexta
Lo intentó hace algunos meses con Inditex, mostrando la situación laboral en las fábricas textiles del sudeste asiático y fracasó, y ahora le tocaba el turno a Mercadona. Jordi Évole, a través de su programa Salvados, pretendía desacreditar a dos de las compañías más exitosas de España. Empresas, por cierto, que, a diferencia de muchas otras cotizadas, no han crecido al calor del poder político, sino a base de satisfacer de la mejor forma posible las necesidades de sus clientes. Tanto es así que ni Mercadona ni Inditex invierten dinero en publicidad.
Sin embargo, si Évole no pudo en su día con Amancio Ortega, ahora tampoco lo ha logrado con Juan Roig, pese a sus denodados intentos por atacar a la empresa. El programa que emitió el domingo La Sexta centró sus críticas, básicamente, en dos aspectos: trabajadores y proveedores de Mercadona. El resultado final salta a la vista.
La mejor empresa para trabajar
Los datos son los que son, y hasta el propio Évole se vio obligado a reconocerlo. Mercadona cuenta con cerca de 76.000 trabajadores, 15.000 de los cuales se han incorporado en plena crisis. En total, su plantilla se ha multiplicado por más de seis desde 1997.
Pero es que, además de esta extraordinaria creación de empleo, la empresa valenciana se caracteriza por sus excelentes condiciones laborales, ya que ofrece contratos indefenidos y los sueldos más altos del sector. En concreto, el sueldo base de los nuevos trabajadores ronda los 1.300 euros al mes y sube a un ritmo medio del 11% anual, con lo que, al cabo de cuatro años, supera los 1.700 euros.
De hecho, el sueldo final es superior, ya que la compañía reparte cerca del 25% de sus beneficios entre su plantilla a cierre de ejercicio, repartiendo un total de más de 2.000 millones de euros entre sus trabajadores. Así pues, incluyendo primas, el sueldo medio ronda los 2.000 euros al mes, por encima de la mayoría de españoles y casi un 90% superior a la media del sector.
No es de extrañar, por tanto, que Mercadona sea, año tras año, junto a Inditex casualmente, la empresa mejora valorada para trabajar en España, a la cabeza en cuanto a clima laboral y reputación interna, según la opinión que expresan sus propios trabajadores. Tanto es así que hasta la Organización Internacional del Trabajo (OIT), habitual azote sindical de las multinacionales y el libre mercado en general, no ha tenido más remedio que alabar la estabilidad y la alta calidad laboral de la compañía de Roig.
Su informe destaca que, gracias a la formación, estabilidad y desarrollo profesional, se potencia la motivación de la plantilla y se multiplica su rendimiento. Y todo ello se traduce "en un incremento claro de las ventas por empleado y en una productividad mucho más alta que la de la competencia". La OIT incluso resalta su política de diálogo y transparencia con la implicación de los sindicatos, permitiendo así "conseguir resultados que beneficien a todas las partes".
Y todo esto es lo que pudo comprobar Évole in situ, entrevistando a varios trabajadores y los gerentes de uno de sus supermercados, cuyas opiniones fueron altamente satisfactorias con respecto al sueldo, la formación y la política laboral de la empresa."Más tranquilo no puedo estar, te asegura el puesto y el sueldo todos los meses y puedo conciliar mi trabajo y mi vida familiar", explica uno. "Mercadona paga bien y cuando toca. En nuestro entorno nos piden que les enchufemos", confiesa.
Pero, como era de esperar, la intención de Évole era demostrar lo contrario. Para ello, el presentador de La Sexta entrevistó a un extrabajador que fue despedido y a una empleada de Mercadona que denuncia haber recibido presiones tras afiliarse al sindicato gallego CIG. Sus críticas se centraron, básicamente, en denunciar la supuesta persecución que sufren los trabajadores a la hora de solicitar una baja médica.
El índice de absentismo en la empresa roza el 1,5%, inferior a la media del 4,7% que existe en España. Sin embargo, tal y como explicó la directora de relaciones externas de Mercadona, Patricia Cortizas, las bajas y las altas las conceden, en todo caso, los médicos de la Seguridad Social, y lo que hace la empresa es seguir de cerca el proceso de recuperación mediante una estrecha colaboración con sus servicios médicos para evitar que las bajas se alarguen innecesariamente. Es decir, pide una segunda opinión y pone sus recursos médicos a disposición del trabajador para facilitar la rehabilitación laboral en la medida de lo posible.
Aunque ese sistema de control, sin duda, no está exento de errores, ya que las personas no son infalibles, tal y como admite la propia Cortizas, la cuestión es que toda la argumentación de Évole respecto a esas supuestas presiones giró en torno a una sola sentencia judicial con respecto a un caso muy concreto.
Uno de los datos clave, sin embargo, lo aportó el propio Évole al admitir que su programa buscó y rebuscó trabajadores o extrabajadores críticos con la compañía y tan sólo logró localizar a no más de 80… 80 casos críticos de un total de 76.000 trabajadores en activo, es decir, el 0,1%, una cifra absolutamente marginal.
También 'pincha' con los proveedores
La segunda parte del programa se centró en los proveedores de Mercadona, uno de los cimientos básicos de su modelo de negocio. La compañía de Roig cuenta con unos 130 proveedores de referencia que trabajan casi exclusivamente con Mercadona, dando empleo a otros 47.000 trabajadores, y con los que mantiene una relación comercial de más de 10 años de media. En concreto, colabora con 7.500 agricultores, más de 12.000 pescadores, más de 4.000 ganaderos y más de 240 fábricas, a los que le exige unos estándares de calidad y precio para poder abastecer a la firma valenciana.
Y aquí también pincha. Évole entrevistó a dos proveedores. Uno, dedicado a productos de bollería, se mostró encantado con la relación contractual que mantenía con Mercadona, tras multiplicar su facturación y creación de empleo por más de diez gracias a este acuerdo –de 6 millones de euros a más de 60 millones anuales–.
Lo curioso es que de esos 130 proveedores y el resto de exproveedores, Salvados tan sólo logró recabar la opinión crítica de uno de ellos, aunque bajo anonimato. El citado proveedor que, curiosamente, sigue trabajando para Mercadona, admite que durante años su relación fue magnífica y estaba encantado porque le hacía ganar mucho dinero, pero luego se quejaba de que con la subida de las materias primas sufrida en los últimos años su margen de beneficios bajó, permitiéndole conservar apenas un 2%.
¿Mucho o poco? Tal y como explica el economista Juan Ramón Rallo, dicho margen es muy similar al que consigue la propia compañía de Roig tras descontar gastos, impuestos y reparto de beneficios entre sus trabajadores.
De los 19.059 millones de euros que ingresó Mercadona en 2015, 14.376 millones (el 75% del total) fueron a parar a sus proveedores y 3.873 a otros gastos (esencialmente, salarios del personal). Dicho de otra manera, el margen de beneficios antes de impuestos de Mercadona por cada unidad vendida fue de tan solo el 4,2%; el margen después de impuestos apenas se ubicó en el 3,2%, y el margen después de impuestos y de reparto de la prima a sus trabajadores decayó hasta el 1,7%. ¿A qué vienen las quejas del interproveedor de que solo se queda con un margen de beneficios del 2% cuando la propia Mercadona retiene un margen inferior al 2%?
Repartir más de 14.000 millones de euros a sus cerca de 130 proveedores supone que cada una de estas empresas ingresa de media más de 100 millones al año -un margen del 2% en el caso del proveedor crítico, supondría un beneficio neto de 2 millones, una vez descontados todos los gastos, incluido su propio sueldo-.
El tema de los agricultores fue aún más llamativo, puesto que en este caso Évole no dio con ningún proveedor crítico, teniéndose que contentar con la opinión general de un sindicalista agrario, que no tenía relación comercial directa con Mercadona.
Además, a diferencia de otras muchas empresas, la de Roig se caracteriza por su fuerte apuesta por producto nacional. El 85% del volumen de sus referencias vendidas, tanto en las secciones de frescos como de secos, corresponde a productos cultivados, criados, pescados y elaborados en España.
La doble moral de Évole
Frente a las típicas críticas de precariedad laboral y bajos sueldos, Mercadona se caracteriza por ofrecer contratos indefinidos y los salarios más altos del sector, además de crear puestos de trabajo en plena crisis. Es una de las empresas mejor valoradas por sus trabajadores y clientes, además de generar riqueza.
Con una cuota de mercado del 14%, Mercadona obtuvo un beneficio neto de 611 millones de euros en 2015 y una facturación total de 20.831 millones de euros, la mayor de España. Repartió 277 millones de euros con la plantilla en concepto de primas por objetivos y creó 1.000 nuevos puestos de trabajo fijos el pasado año, pagando, además, 1.497 millones de euros en impuestos y Seguridad Social. Y todo ello, bajando un 2% el precio del carro de la compra a sus clientes, lo que equivale a un ahorro medio de 96 euros al año. Hoy cuenta con casi 1.600 tiendas.
Évole, sin embargo, se atreve, una vez más, a dar lecciones de supuesta moralidad… Pese a ofrecer en su programa lo que él mismo definiría como "contratos basura".
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