Beatriz García muestra la indecente (más imposición e intervencionismo a costa de la libertad del ciudadano y contra su bolsillo y la generación de prosperidad) política prohibicionista de Colau en la cuestión inmobiliaria en Barcelona y sus funestas repercusiones.
Artículo de Libre Mercado:
Ada Colau | EFE
Ada Colau recrudece su guerra contra los apartamentos turísticos en Barcelona. La alcaldesa de la Ciudad Condal anunció el pasado jueves que su Ayuntamiento va a multar a Airbnb y HomeAway con la friolera de 600.000 euros por empresa.
No es la primera vez que el consistorio barcelonés sanciona a estas plataformas de alquiler de pisos para periodos vacacionales. El pasado mes de agosto, ya les impuso una sanción de 30.000 euros a cada una.
Según explicó Colau, estas plataformas de alquiler serán multadas otra vez por seguir anunciando pisos turísticos sin licencia. Esta explicación es llamativa si tenemos en cuenta que, nada más hacerse con la alcaldía de la ciudad, la líder de Barcelona en Comú anunció una moratoria para la concesión de licencias de alojamientos turísticos, que incluye hoteles, hostales y también viviendas de uso vacacional, por lo que es imposible conseguir una autorización para operar en Barcelona de forma legal.
Golpe a las inversiones
La alcaldesa catalana justificó la paralización de las licencias en su objetivo de crear "un proceso de "reflexión pausado y ordenado" sobre el modelo turístico de la ciudad. Recordemos que Colau había expresado abiertamente, antes de llegar a la alcaldía, su intención de limitar el número de turistas que llegan a la ciudad mediante cruceros.
Entonces, la moratoria de Colau paralizó de golpe unos 30 proyectos de hoteles que estaban en marcha en Barcelona y dejó en el limbo los alquileres de pisos turísticos. Además, el Consistorio puso en marcha una campaña para detectar las viviendas que se arrendasen a visitantes sin su visto bueno. El pasado mes de agosto, el Ayuntamiento cerró 256 pisos.
Pero la medida de la líder de Barcelona en Comú no sólo ha perjudicado a las inversiones hoteleras en Barcelona o a los puestos de trabajo que éstas pudieran generar, también está repercutiendo en el bolsillo de sus visitantes. Y es que la subida del precio de las habitaciones en la Ciudad Condal es uno de los efectos que se produce al disminuir la oferta de alojamiento impuesta por la regidora.
Según Magma Turismo, el precio de la noche de hotel en Barcelona ha subido un 10% entre enero y octubre de este año. La consultora prevé que esa cifra se eleve entre un 10 y un 12% para el año que viene a causa de la moratoria hotelera de Colau y gracias al interés turístico que sigue generando la ciudad para los visitantes.
En el lado de los apartamentos, basta con hacer un filtro estándar en Airbnb para observar los efectos de la falta de oferta turística en la ciudad. Por ejemplo, puede comprobarse que el precio medio de una habitación del 26 al 29 de diciembre asciende a 158 euros en Barcelona, mientras que en Madrid es de 113 euros o en Valencia de 80.
Si aplicamos filtros a la búsqueda de precios de menos de 60 euros obtenemos un resultado más llamativo: mientras que para Barcelona sólo hay 31 alojamientos disponibles por ese precio, y muchos de ellos se ubican a las afueras de la capital, en Madrid se pueden encontrar 126 alquileres.
Así, serán los turistas de rentas más bajas los más castigados por la política de Colau, ya que son los que más dificultades tienen para acceder a los mejores alojamientos. En el lado contrario, los propietarios de los hoteles y pisos turísticos que ya operaban antes de la llegada de la regidora celebrarán haberse quedado con toda la parte del pastel.
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