D.S.C. analiza la cuña fiscal en Europa y el mundo "rico", y la situación de España.
Y por supuesto, esto es solo una parte de lo que nos quitan (al sueldo medio) solo por trabajar. Luego hay múltiples impuestos y tasas adicionales...
Pero nos quieren decir que pagamos muy poco y que hay que subir impuestos hasta el infinito y más allá, para nunca corregir nada (ni déficit ni deuda, que sigue incrementándose), pues cuanto más recaudan más gastan (en mucha mayor cuantía), exigiéndonos que trabajemos más para ellos y todos sus lobbies y clientes políticos.
Artículo de Libre Mercado:
Bar de pinchos en San Sebastián | Alamy
En el argot económico se conoce como cuña fiscal al peso de los impuestos directos y las cotizaciones sociales sobre el coste salarial. Este indicador nos permite entender mejor qué parte de nuestros ingresos laborales terminan en nuestro bolsillo y qué fracción va a parar a las arcas públicas, sea por IRPF o sea por contribuciones a la Seguridad Social.
El país con una mayor cuña fiscal de toda la OCDE es Bélgica, donde la suma de IRPF y cotizaciones asciende al 53,7% del monto que pagan los empresarios para emplear a un trabajador con un sueldo medio. Alemania figura en segundo puesto, puesto que los asalariados teutones soportan una cuña fiscal del 49,7%.
Las siguientes posiciones de la lista son para Italia, Francia y Austria, que se mueven en porcentajes muy similares. El país transalpino registra una cuña fiscal del 47,7%, apenas una décima por encima del 47,6% que se anotan nuestros vecinos galos. Las retenciones sobre el coste salarial son apenas algo menores en Austria, puesto que IRPF y cotizaciones ascienden al 47,4% en el país que gobierna Sebastian Kurz.
Igualmente elevados son los porcentajes de Hungría (46,2%), República Checa (43,4%), Eslovenia (42,9%), Finlandia (42,9%), Suecia (42,9%), Letonia (42,9%), Eslovaquia (41,6%), Portugal (41,4%) o Grecia (40,8%). Justo a continuación aparece España, donde la cuña fiscal se mueve en el 39,3% de acuerdo con los últimos trabajos de la OCDE.
En nuestro país, la suma de IRPF y cotizaciones tiene un coste de 39,3 céntimos por cada euro de coste salarial. Estamos, por tanto, en la zona media-alta de la tabla, lejos de los países que aplican las mayores retenciones, pero por encima del promedio del mundo rico, que en el último año se ubicó en el 35,9%.
Por encima de la media de la OCDE y por debajo de España aparecen países como Estonia (39%), Turquía (38,7%), Países Bajos (37,5%), Luxemburgo (36,7%), Dinamarca (36,3%) y Noruega (35,9%). Justo a continuación, Polonia (35,6%), Islandia (33,2%) o Japón (32,6%) se anotan porcentajes inferiores al 35,9% que registra, de media, el mundo desarrollado.
En la zona media-baja de la tabla aparecen Estados Unidos (31,7%), Reino Unido (30,9%), Canadá (30,9%), Australia (28,6%) o Irlanda (27,2%). Los niveles más bajos se aprecian en Irlanda (27,2%), Corea del Sur (22,6%), Israel (22,1%), Suiza (21,8%), México (20,4%), Nueva Zelanda (18,1%) y Chile (7%).
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