Teresa Lázaro muestra la irresponsabilidad política en las cuentas de España, con aumentos continuos de la deuda pública pese a récord de recaudación (tras sangrar a ciudadanos, trabajadores, autónomos y empresas a impuestos) y pese al crecimiento por encima del potencial (coyuntural y en desaceleración) de la economía española.
En dos años de gobierno, otros 25.000 millones más de deuda (por continuos incrementos del gasto). Y lo peor son medidas de gasto estructurales que dispararán (como en el caso de las pensiones) sobremanera el gasto público a futuro, siendo infinanciable sin fuertes recortes el Estado.
Y esto no son más que problemas, y serios en el futuro, pues son patadas hacia delante para obtener rédito electoral a corto plazo para machacar a la gente a futuro (subidas aún más draconianas de impuestos, recortes drásticos, deterioro económico, falta de financiación de la sociedad, reducción de salarios y empleo, y en el mejor de los casos muy por debajo de lo que hubiera sido y el consecuente ascenso del populismo...).
Pero tranquilos, ya se justificará políticamente el mantenimiento y aumento del expolio al ciudadano, el mantenimiento de los privilegios políticos, y culpables y chivos expiatorios hacia los que desviar las miradas (el rico, Alemania, el empresario, el inmigrante, el capitalismo, el neoliberalismo, Trump, los bancos, la desigualdad...)
Artículo de Voz Pópuli:
La bajada de la deuda pública que vende el Gobierno a Bruselas en el borrador del plan presupuestario que envió el lunes a las autoridades comunitarias es solo una verdad a medias. Es cierto que en términos de PIB la deuda seguirá bajando, como lleva haciendo desde el año 2015, pero en términos brutos, es decir, en millones de euros, seguirá subiendo de forma importante, tanto que el presidente, Pedro Sánchez, acabará la legislatura en 2020 engordando la factura de la deuda en 25.000 millones.
Según las cifras que ha plasmado el Gobierno en el documento, la deuda pública acabará este año en el 97% del PIB, eso supone 1,160 billones de euros teniendo en cuenta la evolución que experimentará la economía en el conjunto del año. Y 16.319 millones más que en 2017.
En 2019, este parámetro subirá algo menos, pero seguirá subiendo. Y es que España seguirá con un déficit elevado y, además, habrá que seguir tirando de deuda para financiar las pensiones, como dijo la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio. Subirá en algo más de 8.300 millones. Si sumamos los dos incrementos, podemos decir que la deuda aumentará en 25.000 millones durante el gobierno de Sánchez.
Nuevo incremento en agosto
Podemos ver como la deuda crece mes a mes en las cifras que publica el Banco de España. La última, dada a conocer este miércoles, arroja un incremento de 2.350 millones en el mes de agosto, mes en el que la deuda ha llegado a tocar los 1,162 billones de euros, retomado la senda alcista y aproximándose de nuevo a su máximo histórico de junio, cuando llegó a marcar 1,163 billones de euros.
Pero el Ejecutivo quiere restarle importancia: "Mientras siga habiendo déficit, seguirá creciendo la deuda", dijo ayer en el Senado la ministra de Economía, Nadia Calviño, que aseguró que no hay que tener muy en cuenta la evolución de la deuda en términos brutos. Además, subrayó que el Gobierno está intentando hacer una buena gestión de la deuda para intentar minimizar al máximo la emisión.
A pesar de las subidas en términos brutos, hay que reconocer que la deuda en términos de PIB seguirá bajando y acabará 2019 en el 95,5%. ¿Por qué se produce este descenso? Porque la economía sigue creciendo y el PIB sigue aumentando, así que sube el denominador y hace que baje el ratio de deuda. De hecho, la ratio bajará en 2018 y 2019 más rápido de lo que lo ha hecho en años anteriores.
Pero eso no significa, ni mucho menos, que el problema esté resulto. Muchos analistas alertan ya del elevado nivel de deuda y lo difícil que va a ser para España reducirla. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), por ejemplo, cree que este parámetro podría enquistarse en el 85% del PIB si no se toman medidas para reducir el déficit estructural que sufren las administraciones públicas.
La deuda, en el punto de mira
Más allá del problema que supone en términos de cumplimiento, la Ley de Estabilidad obliga a reducir este parámetro al 60% en el año 2020, una cifra que hoy parece totalmente imposible. Pero eso no es lo más grave, el principal problema es que Bruselas pondrá el foco en la deuda cuando España salga del procedimiento de déficit excesivo este mismo año.
Y ahí las cosas podrían complicarse. Bruselas podrá exigir a España medidas contundentes que permitan reducir la ratio de deuda en dos puntos cada año. Hasta ahora, España ha tirado libremente de deuda para financiar el elevado déficit, pero las autoridades comunitarias podrían cerrar el grifo. En el brazo preventivo del Plan de Estabilidad podrán pedir recortes y reformas para mejorar el funcionamiento de la economía y contener este parámetro.
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