lunes, 8 de octubre de 2018

A punt, la televisión pagada a la fuerza por todos como herramienta al servicio del nacionalismo e independentismo

Una muestra más del totalitarismo ideológico y lingüístico empleado como herramienta política para fines nacionalistas (e independentistas, que es el fin último del gobierno valenciano, con Compromis a la cabeza, bien secundado por PSOE, que juega siempre al doble juego de a nivel nacional presentarse como constitucionalista y vertebrador, y a nivel regional de nacionalista y apoyo en todo a su movimiento nacionalista). Una herramienta empleada como paso previo y necesario al independentismo tras imponer por medio de la educación y los medios de comunicación su mensaje excluyente, victimista y supremacista. 

El siguiente vídeo es solo un ejemplo más que muestra cuál es la prioridad del medio. Por supuesto, no es la información, pues antes que hablar en el idioma de los valencianos (el castellano, que es tan propio como el valenciano, aún si uno quiere basarse en la falacia de las lenguas propias, que ciertamente no existen, y si existen hoy habría que incluir al castellano, incluso en mayor medida, incluido en Cataluña), prefieren emplear el valenciano/catalán negando la petición del entrevistado prefiriendo zanjar la entrevista y dejar sin informar al televidente, mostrando reiteradas faltas de respeto hacia el entrevistado y una absoluta falta de empatía. 

Otra absoluta manipulación falaz y falta de respeto hacia el espectador es su pretensión de presentar la Televisión como la de todos los valencianos y valencianas cuando excluyen de manera vergonzosa a una parte (que además es mayoritaria) de ella.

Una política y un proceso que provoca el rechazo y la exclusión y genera conflicto y fractura social, gracias a la maldita política, que emplea medios en generar problemas y conflicto donde no lo hay (había), creando enemigos y chivos expiatorios, bajo la que dirigir las miradas apelando al sentimentalismo (y el nacionalismo es uno de los mayores motores) para generar adeptos y desviar la atención de toda la gestión que se pueda hacer (por mala que sea). 
Pues se está con ellos o contra ellos y ellos crean vía educación y medios un enemigo al que repudiar, que será considerado un ciudadano de segunda, un valenciano de segunda, un extranjero en su tierra, y además será acusado (mediante todas las herramientas y estrategias propias del fascismo) como fascista como forma de descalificación, silenciamiento y censura a toda voz discordante. 





Otro vivo ejemplo de que la televisión valenciano no es la de TODOS, sino una simple herramienta al servicio de los fines políticos de algunos. 

Fines políticos fácilmente expuestos en el tratamiento de las noticias, como la defensa de los presos políticos separatistas en Cataluña ya en el primer día de emisión de la nueva "Canal 9", con la presencia como directora general en los informativos de Esperanza Campsexconsejera nacionalista del Gobierno balear y partidaria de la secesión de Cataluña. 

Es un proceso lento, que requiere más de una generación, pero más que adoptado estratégicamente (y cuyo origen empieza en 1984 con Acció Cultural del País Valencià, en un proceso regado de subvenciones), solo que ahora el proceso al tener bajo control muchos más medios crece exponencialmente en su expansión del pancatalanismo. 

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